La vida en las alturas ofrecía ventajas que los incas supieron aprovechar con inteligencia. Las montañas les brindaban protección natural, control sobre los caminos y acceso a una enorme variedad de ecosistemas. Para vencer la pendiente de los Andes, desarrollaron un sistema de terrazas agrícolas que no solo evitaban la erosión, sino que también creaban microclimas perfectos para diferentes cultivos.

Incluso ahora, si se observan con atención los andenes de Pisac o de Moray, uno se puede imaginar a esos ingenieros de la antigüedad midiendo la inclinación, el drenaje y la orientación del sol; esa sabiduría permitió que el valle alimentara a miles de personas, incluso, sin nunca agotar la tierra.

¿Por qué fue tan importante el Valle Sagrado para los Incas?

Para nuestros antepasados incas, este valle no era solo una tierra fértil. Era un lugar sagrado cada vez que el cielo y la tierra entrelazaban sus propios destinos. La temperatura fresca y la fertilidad de sus tierras permitieron el cultivo de maíz, quinua y papas, alimentos tradicionales del pueblo del Tahuantinsuyo a menor altura que Cusco.

Desde un extremo al otro era recorrido por el río Vilcanota, cargado simbólicamente por ser considerado el reflejo de la vía láctea. Para los incas, cada apu, cada montaña, era una masa mística. Diosa protectora de la población, fuente de vida, cada uno de ellos fue personalizado con un nombre. A partir de entonces, el valle se convirtió en el ombligo agrícola y espiritual del imperio, en el punto en el que dioses, hombres y naturaleza existían en armonía.

¿Por qué los Incas vivían en las montañas?

La altura les brindaba protección, control y fertilidad. Construyeron terrazas agrícolas en las laderas para evitar la erosión y aprovechar al máximo el terreno. Además, desde estas alturas podían vigilar las rutas comerciales que conectaban los Andes con la selva amazónica.

Hoy, desde Pisac hasta Ollantaytambo, todavía pueden admirarse estos asombrosos ejemplos de ingeniería: una mezcla perfecta de sabiduría práctica y devoción espiritual.

Geografía y clima del Valle Sagrado

El Valle Sagrado de los Incas abarca unos 60 kilómetros, enmarcado por montañas de piedra y nieve que lo rodean, por ríos que circulan entre campos y pueblos; la geografía del valle es variada ya que hay partes áridas junto a partes cubiertas de vegetación y cada rincón del valle tiene su microclima.

Altitud y clima del Valle Sagrado

Entre los 2,700 y 3,800 metros de altitud, fluctúa el valle de Cuzco. Los días son cálidos y soleados, las noches, frescas. El periodo seco (mayo a septiembre) es el mejor para hacer caminatas, visitar ruinas y tomar fotografías, porque el cielo está despejado y los amaneceres dorados.

De noviembre a marzo se da la época de lluvias. Las montañas se cubren de un verde intenso, los ríos crecen y los campos se viven. Si bien los caminos pueden llegar a estar resbaladizos, por el paisaje espectacular y por la escasa afluencia de visitantes, en su mayoría, lo hacen, puesto que los visitantes son escasos.

Mapa y recorrido

El valle va de Pisac a Ollantaytambo, pasando por Calca, Urubamba, Yucay, Maras, Moray y Chinchero; todos ellos conservan su carácter. La gran mayoría de turistas inicia el camino desde Cusco, ya sea con una excursión de un día o una ruta de varios; cada parada descubre una nueva cara de la herencia inca, que también encontró espacio para ser templos, terrazas, mercados y comunidades que conservan sus costumbres.

VALLE SAGRADO

Principales atractivos del Valle Sagrado

Hablar del Valle Sagrado es contar de historia viva. Cada pueblo esconde su trozo de historia y su propia manera de mirar el mundo.

Pisac, guardián del valle

El sitio arqueológico de Pisac se ubica en lo alto de una montaña con unas inmensas terrazas que descienden hasta el río, que fue un centro agrícola y ceremonial muy importante para los incas. Desde allí arriba, el panorama del valle es imponente y los templos de piedras bien labradas continúan teniendo su energía intacta.

Abajo, el mercado artesanal de Pisac hace vibrar las calles con aromas y colores. Las mujeres muestran tejidos de lana de alpaca, cerámica pintada y joyas realizadas a mano. Ir paseando entre los puestitos es una manera de conocer el alma del pueblo andino.

pisac Archaeological

Urubamba, el corazón fértil

Urubamba se halla situada en el centro de la cordillera, rodeada de montañas y de campos de cultivo. En este lugar parece que la vida transcurre con tranquilidad, siendo un lugar ideal para hospedarse unos días, degustar su buena gastronomía o participar en talleres de cocina tradicional.

Su clima cálido y sus gentes hospitalarias provocan que muchos viajeros la asuman como un refugio durante el trayecto, además de permitir que desde Urubamba se acuda a todos los atractivos que ofrecen las demás localidades.

Urubamba

Ollantaytambo, la ciudad inca que sigue viva

Ollantaytambo es uno de los pueblos más auténticos del Perú. Sus calles empedradas y los canales de agua son de la época inca y siguen en uso. En la parte más alta se encuentra la fortaleza, que fue un prodigio arquitectónico donde se cumplían funciones defensivas y religiosas.

Durante la conquista, fue el campo de batalla de una de las pocas victorias incas sobre los conquistadores. Hoy, además, es la puerta a Machu Picchu, puesto que desde su estación se puede tomar el tren hacia Aguas Calientes.

Chinchero, el pueblo entre las nubes

Ubicado a más de 3,700 metros sobre el nivel del mar, Chinchero es un pueblo donde la tradición textil sigue viva como nunca se había visto. El telar toma vida, se erige como símbolo, mientras que las mujeres del pueblo enseñan a los visitantes a lavar, teñir y tejer la lana de alpaca utilizando plantas y minerales de la zona.

El lugar también tiene historia y espiritualidad. En la plaza principal se hallan las ruinas del palacio del Inca Túpac Yupanqui y una iglesia colonial con frescos coloridos que muestran la sinergia entre dos mundos en uno: el inca y el español.

Maras, las terrazas de sal

Las Salineras de Maras son sin duda uno de los paisajes más impactantes y fotogénicos de Perú. Más de cinco mil pozas de sal se extienden por el ladera de una montaña; el agua salada brota de un manantial natural y, al evaporarse, deja un manto blanco que brilla con el sol.

Este sistema de producción de sal es de origen inca; se sigue utilizando hasta el día de hoy por familias desde la época inca que mantienen el negocio de generación en generación.

Moray, el laboratorio de los incas

Las terrazas circulares de Moray son una representación exquisita de la ingeniería inca. Tal como está diseñado, su forma produce distintos microclimas en cada nivel, lo que les permitió experimentar con diferentes cultivos, así como adaptarlos a diferentes condiciones.

Alguna de la arqueología ha considerado a Moray como un laboratorio agrícola. Este sitio demuestra que los incas no solamente construyeron con piedra, sino que también lo hicieron con conocimiento y observación de la naturaleza.

Yucay, el rincón escondido

Es un lugar menos conocido que los otros pueblos habitados, aunque Yucay tiene su propio encanto. Fue la residencia del inca Huayna Cápac y tiene andenes, y restos de antiguos palacios. Su entorno verde y tranquilo hace pensar en el paseo sin prisa, en el paseo del lugar del paisaje rural andino, donde aún se cultiva y se cosecha como lo hacían siglos atrás.

YUCAY

¿Cómo llegar al Valle Sagrado de los Incas?

El Valle Sagrado puede explorarse de distintas maneras, en función del tiempo del que se disponga y de la curiosidad que presente el viajero.

En tour guiado

La forma más práctica consiste en hacer un tour de día completo con salida desde Cusco. El tour incluye el transporte, la guía experta en historia y una comida típica. El recorrido suele centrarse en Pisac, Urubamba, Ollantaytambo y Chinchero, con explicaciones históricas y con paradas panorámicas.

Cuando se dispone de menos tiempo, relegando el interés por los itinerarios más largos, se ofrecen tours de medio día por lugares como Maras y Moray, que se prestan para complementarse con otros tours.

Por cuenta propia

Una experiencia valiosa es visitar el valle sin contar con guía. El Boleto Turístico del Cusco vale la pena adquirirlo, ya que puedes hacer la visita a la mayoría de los sitios arqueológicos. Desde Cusco salen los autobuses y colectivos hacia Pisac, Urubamba y Ollantaytambo, y en cada pueblo hay taxis o mototaxis para llegar a las zonas más rurales.

La movilidad a tu manera te permite parar donde el paisaje lo requiera, hablar con la gente del valle, descubrir lugares menos conocidos.

Información práctica para viajeros

Detalle Información
Distancia desde Cusco: 15 a 60 km
Altitud promedio: 2,800 a 3,800 m s. n. m.
Mejor época: De mayo a septiembre (temporada seca)
Atractivos principales: Pisac, Urubamba, Ollantaytambo, Chinchero, Maras y Moray
Costo del tour: Aproximadamente USD 60 (incluye transporte, guía y almuerzo)
Boleto Turístico: 70 soles (extranjeros) / 40 soles (peruanos)

Mapa Maras, Moray y Chinchero Medio día

Preguntas frecuentes sobre el Valle Sagrado de los Incas

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